miércoles, 10 de agosto de 2011

Antimateria explicada en 60 segundos.



Noticias.-
La antimateria está hecha de partículas con características opuestas a las de las partículas de materia usuales. Considera esta analogía: cava un agujero, y haz una colina con la tierra excavada. El agujero y la colina tienen características opuestas – el volumen de la tierra en la colina y el del agujero de donde se ha sacado la tierra. Para las partículas, propiedades como la carga eléctrica, son opuestas a las de sus antipartículas – una positiva y la otra de la misma magnitud, pero negativa. También, la antimateria aniquilará a la materia en una explosión de energía, así como la colina llena el agujero, desapareciendo así ambos.

Parece que el universo no contiene cantidades significantes de antimateria, a pesar de que deberían haber sido creada en cantidades iguales a la materia durante el big bang. Entonces, ¿dónde ha ido a parar toda la antimateria? Una posible explicación podría ser una ligera diferencia en las propiedades de la materia y la antimateria, llevando a un ligero exceso de materia que sobrevivió al cataclismo inicial de aniquilación de materia y antimateria.

Experimentadores en el CERN, Fermilab, SLAC y KEK estan produciendo antimateria en aceleradores de partículas para buscar y estudiar esta diferencia. La antimateria tiene tambien aplicaciones médicas en la vida real, como la tomografía por emisión de positrones. Pero, como producir antimateria incluso en cantidades minúsculas es muy difícil, nunca podrá ser el combustible de una futura nave interestelar.


--------------------------------------------------------------------------------
Artículo publicado por Michael Doser en octubre/noviembre de 2004 en Symmetry Magazine.

martes, 9 de agosto de 2011

¿Un impacto a cámara lenta creó una Luna con dos caras?


Noticias.-
Desde que se explicó el origen de la Luna, la mayor pregunta en la ciencia lunar ha sido tener en cuenta la geología de las dos caras de la Luna: Una cara visible que es relativamente plana y baja, marcada por extensiones de lava oscura que definen al “Hombre en la Luna”, y una lado oculto brillante con extensiones de terrenos altos y montañosos. Ahora, un par de investigadores sugieren que un impacto a cámara lenta de una luna hermana con peor suerte creó esta asombrosa dicotomía.

“Los modeladores de impactos tratan de explicarlo todo con colisiones”, dice el modelador de impactos Erik Asphaug de la Universidad de California en Santa Cruz. De esta forma, los científicos han estado de acuerdo desde hace mucho que la propia Luna se formó a partir de los restos eyectados desde la Tierra cuando sufrió el impacto de un enorme planetesimal hace alrededor de 4600 millones de años. Asphaug y su compañero en modelador de impactos Martin Jutzi de la Universidad de Berna en Suiza, se preguntaron su la cara dual de la Luna podría explicarse a través de un impacto celeste.

De ser así, el “impactador” tendría que haber creado el lado oculto como un terreno montañoso, en lugar de abrir un cráter. Esto significa que tuvo que ser lento – y el impactador de menor movimiento sería uno en la misma órbita de la Luna. Trabajos anteriores habían demostrado que cuerpos menores secundarios también se habrían formado a partir de los restos de la colisión con la Tierra que creó la Luna. Los estudios también habían demostrado que sólo una segunda Luna que orbite la Tierra en un punto de equilibrio gravitatorio justo delante o detrás de la Luna sobreviviría más de unos pocos millones de años antes de colisionar lentamente con ella.

Como se informan en el ejemplar de Nature de esta semana, Jutzi y Asphaug modelaron la colisión de una luna aún en formación – unas decenas de millones de años después de que se formase – y una compañera de un tercio del tamaño de la Luna moviéndose a poco más de una décima parte de la velocidad de la mayor parte de los cuerpos planetarios en un camino de colisión. Obtuvieron más de lo que esperaban. Una mini-Luna lenta adecuada, efectivamente, impactaría sobre la Luna sin formar un cráter, según mostró su modelado, como barro lanzado contra un muro. Pero el impacto también removería el magma del “océano” que aún yacería bajo la corteza lunar en el lado visible. El magma se vería enriquecido con elementos radiactivos que podrían haber generado el calor extra necesario para inundar grandes partes del lado visible con la lava oscura que forma los mares. Los mares oscuros del pelo y perfil del Hombre (o Mujer) de la Luna.

Construir el lado oculto impactando sutilmente con otra Luna “es una idea audaz, una alternativa interesante”, dice el especialista en impactos H. Jay Melosh de la Universidad de Purdue en West Lafayette, Indiana “No es una locura”. Ciertos aspectos, tales como la cantidad de corteza de la luna hermana que podrían haberse acumulado en el lado oculto, tienen que examinarse, comenta. Otra prueba a la idea será posible una vez que la misión de la NASA GRAIL, que se lanzará en septiembre, estudie el interior lunar retornando las medidas más sensibles de la gravedad lunar jamás realizadas.

Artículo publicado por Richard A. Kerr el 3 de agosto de 2011 en Science Now


--------------------------------------------------------------------------------

Por fin, ¿comprobado que la vida llegó a la Tierra en un meteorito?



Noticias.-
Científicos estadounidenses encontraron fragmentos de moléculas orgánicas que integran el ADN, así como sus análogos que no forman parte de los ácidos nucleicos, en la composición de los meteoritos.

Según informa la NASA, los especialistas del Centro Aeroespacial Goddard estudiaron 12 meteoritos ricos en carbono que pertenecen a la clase de los condritos carbonáceos —la mayoría de los meteoritos hallados hasta la fecha en la Tierra son condritos—.

En la composición de estos cuerpos celestes, los investigadores detectaron dos tipos de las llamadas bases nitrogenadas, la adenina y la guanina, que integran el ADN (en el código genético corresponden a las letras A y G, respectivamente).

Además, en dos meteoritos los investigadores encontraron por primera vez huellas de las moléculas relacionadas con bases nitrogenadas, que prácticamente no tienen uso en la biología. Estas moléculas, denominadas análogos de las bases nitrogenadas, evidencian su procedencia extraterrestre, indica el informe.

Al analizar la nieve y el suelo en el lugar de la caída de los meteoritos, los expertos no encontraron estas sustancias. En cuanto a la adenina y la guanina, las detectaron en cantidades considerablemente menores que en la composición de las rocas cósmicas. Este hecho indica la procedencia extraterrestre de dichos compuestos orgánicos, deducen los científicos.

En varias ocasiones los astrónomos han encontrado moléculas orgánicas, propias de la composición de los organismos vivos, en meteoritos, asteroides y cometas. Además, los objetos originarios del espacio suelen contener otros compuestos químicos orgánicos no asociados con las células vivas terrestres. Todos estos datos se podrían considerar testimonios, aunque indirectos, de la hipótesis del origen cósmico de la vida, indican los científicos.

En el caso de los meteoritos hallados en la Tierra que contenían importantes moléculas orgánicas, siempre quedaba la duda acerca de si estas procedían del espacio o eran un resultado de la posterior contaminación de las muestras producida ya en la Tierra. El reciente estudio parece presentar una evidencia de que hay que buscar las raíces de la vida en las profundidades del Universo.

Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/cosmos/issue_28120.html

El hombre ha alcanzado la cumbre de su desarrollo intelectual



Noticias.
Científicos británicos afirman que el hombre ha llegado hasta la cumbre de su desarrollo intelectual.

Según investigaciones de los científicos británicos de la Universidad de Cambridge, el cerebro humano puede haber llegado hasta su máxima capacidad. Por lo menos, así insiste el profesor de Neurología de esta Universidad, Simon Laughlin, tras investigar la estructura del cerebro humano y calcular la cantidad de energía que consume sus células.

Según estos ensayos, la potencia del cerebro de la humanidad ha alcanzado su cima ya que es físicamente imposible que lleguemos a ser más inteligentes. "Hemos demostrado que el cerebro debe consumir energía para funcionar y que estos requisitos son suficientemente exigentes", dijo Laughlin.

El investigador dice que la barrera principal es la energía que consume el cerebro. Aunque pesa solo el 2% de nuestro cuerpo, nuestro cerebro absorbe un 20% de la energía, y las células de la corteza cerebral que juegan un papel principal en la actividad del razonamiento son las que más energía requieren.

El científico opina que el cerebro humano para elevarse en su desarrollo y ser más inteligente necesitaría una gran cantidad de energía extra y oxígeno. "Grandes poderes de deducción por parte del cerebro demandan mucha energía, porque el cerebro para encontrar nuevas relaciones constantemente debe correlacionar la información de diferentes fuentes. Esta demanda de energía significa que hay un límite a la información que puede procesar", confirma el neurólogo.

El precio de la inteligencia

Mientras tanto, su colega de la misma Universidad, Ed Bullmore, afirmó que "la integración de las redes del cerebro parece estar asociada con el cociente intelectual". Y que el hombre paga "un precio por la inteligencia". Bullmore midió la eficiencia con que las diferentes partes del cerebro se comunican entre sí y encontró impulsos más rápidos en su recorrido en la gente más inteligente con el cociente intelectual (IQ) más alto, y más lentos en los que eran menos inteligentes.

"Ser cada vez más inteligente significa mejorar las conexiones entre diferentes áreas del cerebro, pero esto sucede en límites estrictos en materia de energía, junto con el espacio para 'el cableado'", subrayó este profesor de Psiquiatría, especialista en imágenes del cerebro. Así, Bullmore afirma que 'el cableado' del cerebro con una red de fibras que unen las diferentes áreas entre sí no puede ser mejor.

Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/medicina_salud/issue_27740.html